Un sanrafaelino de 62 años decidió emprender un viaje bicicleta y llegó hasta Ushuaia

Victorio Iasuozzi es un sanrafaelino de 62 años en muy buen estado de salud, que el 2 de diciembre salió de nuestro departamento rumbo a Ushuaia, ciudad a la que llegó el 2 de febrero a las 15. Sobre lo que fue esta aventura, dialogó con FM Vos (94.5) y con Diario San Rafael.
A principios de diciembre pasado, Victorino partió desde San Rafael, tomó la Ruta 40 hasta Esquel, donde atravesó el paso Futaleufú a Chile e ingresó a la carretera Austral por la que hizo 1200 kilómetros, de los cuales 500 son de ripio (aunque está muy bien mantenido). “Más de 20 días estuve (o estuvimos, porque hay cantidad de ciclistas de todo el mundo). Estuvimos circulando en esa carretera en donde te acompañan permanentemente lagos, arroyos, cascadas, ríos, una vegetación espectacular hasta llegar a O’Higgins, donde el paso es únicamente para bicicletas y mochileros porque es un sendero”, señaló y añadió que eso tiene que ver con que hay diversos impedimentos y se deben ayudar entre las personas que están, pues deben cruzar las bicicletas, atravesar arroyos, se encuentran con árboles caídos y demás obstáculos naturales que requieren de ese acompañamiento. “Llegamos hasta Gendarmería, hacemos los trámites de aduana, acampamos hasta el otro día que llega la hora de la balsa que nos lleva al Chaltén, que sería la ‘laguna del desierto’. Primero habíamos cruzado en la balsa chilena en el lago O’Higgins, que demora tres horas más o menos, y te deja entre la aduana chilena y la argentina, donde aproximadamente 40 kilómetros son todos de un sendero, entre árboles, entonces tenés que ir en bicicleta pero no mucho tampoco porque hay muchas raíces, cascadas, bajadas, piedras, arroyos”, recordó. Destacó que con esas personas con las que se cruzó, fue fundamental la solidaridad existente ya que incluso sin tener el mismo idioma se brinda la ayuda necesaria. “No nos conocíamos porque era gente de otro país, franceses, alemanes, griegos, ingleses y no nos entendíamos por el idioma pero sabíamos lo que queríamos. Además siempre hay gente que traduce. Sabíamos cuál era el objetivo, llegábamos y hacíamos campamento juntos, tiene un lugar ahí Gendarmería para que hagamos campamento hasta que llega la balsa y nos traslade hasta El Chaltén”, dijo. Aclaró que entre todas esas personas, se cruzó con otros sanrafaelinos también.
Si bien había visto videos realizados por otras personas, no conocía estos lugares y tenía muchas ganas de estar allí. “Hasta no hacerlo me daba miedo, pero no es para tanto, se está muy acompañado, no se está solo, es decir, se está lejos de todo, de una asistencia médica o de una sala de primeros auxilios, pero se está acompañado por esta gente con la que vamos por el mismo objetivo y es una experiencia única”, aseguró.
Estará algunos días más en “el fin del mundo”, para regresar pedaleando hasta Río Gallegos, desde donde seguirá rumbo a San Rafael en colectivo.