Días atrás, la organización Greenpeace presentó un informe titulado “Darle la vuelta al sistema” donde se propone reponer al planeta de los estragos de la pandemia de Covid-19 y afrontar mejor la crisis ecológica. Según el trabajo, las prioridades para la especie humana una vez pasada la crisis sanitaria, están claras: transformar la economía para que vaya de la mano de la vida y la salud del planeta. “Y no parece que la receta que hemos aplicado, donde el mercado marcaba todas las políticas, sea la solución. La transformación que vamos a emprender no puede dejar ni a las personas ni al planeta de lado. Hay que aprender de los errores cometidos en la salida de la crisis de 2008, donde sufrimos recortes en políticas sociales y ambientales; el hachazo a las energías renovables y el aplazamiento de la transición energética; la desprotección del territorio y destrucción de la biodiversidad; la mala gestión de los recursos hídricos; las ruinosas infraestructuras de transporte sin justificación económica ni social; la marginación del mundo rural; el rescate millonario a las entidades financieras paralelo al olvido de las personas, y la aprobación de las leyes represoras como respuesta a la contestación social”, afirman desde Greenpeace.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional lanzó la iniciativa “El Gran Reinicio” -en colaboración con el Foro Económico Mundial- con el objetivo de “construir una sociedad más justa”. El FMI advierte que 170 países terminarán este año con una economía más pequeña que a principios de año y se proyecta que habrá más deuda, mayores déficits y desempleo. Por eso remarca que existe un riesgo muy alto de más desigualdad y más pobreza, a menos que se adopten medidas para evitar esos problemas.
Las crisis, sabido es, suelen otorgar oportunidades para mejorar. Dirigentes importantes se han pronunciado a favor de un cambio respecto a cómo era el mundo antes del coronavirus. Es de esperar que, una vez que la pandemia sea historia, las palabras sean refrendadas con hechos.