La UNCuyo llega al final de ciclo de la gestión de Daniel Pizzi y en junio deberá elegir nuevas autoridades para el rectadorado y las diferentes facultades, además del Consejo Superior. A principios de abril se cumple el plazo para la presentación de listas, por lo que ya hay precandidatos que asoman, en tanto que hay una intensa actividad política que no se restringe al campus, sino también incluye a otros actores de peso como funcionarios provinciales e intendentes.
La elección, que se realizará en junio, tiene más de un condimento que la hace especial.
En primer lugar, por la cantidad de electores: sólo basta mencionar que hay más de 47 mil alumnos, lo que prácticamente convierte a la UNCuyo en un municipio aparte con caja propia -el último presupuesto es de más de 8 mil millones de pesos- y espacios para ocupar cargos políticos. Basta señalar que, por cantidad de electores habilitados, supera a Rivadavia -44 mil aproximadamente- o General Alvear -37 mil-, para dar una comparación gráfica de las dimensiones políticas.
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En segundo lugar, es una elección que se toma como previa a las de 2023, donde se definirá la gobernación, por eso se entiende que el oficialismo buscará no sólo la continuidad en el poder sino también mostrarlo como parada obligada de los comicios provinciales.
Y en tercer lugar, porque el sistema de elección es directo. El sistema puso a Pizzi en el rectorado en dos ocasiones, pero también cambió las reglas de negociación entre las distintas fuerzas. A la vez se pone en juego una resolución que establece la paridad de género en las listas. Es decir, que ahora la fórmula para decano y vice deben estar integradas por una mujer y un hombre, indistintamente del lugar que ocupen en la fórmula. Puede, incluso, que para las dos principales candidaturas sean dos mujeres, pero no así dos varones.
Las definiciones en el oficialismo
Actualmente, la principal universidad pública de Mendoza es gobernada por Interclaustro, el espacio oficialista que reúne en gran medida al radicalismo mendocino y a aliados como Libres del Sur y el Socialismo que ocupan cargos directivos en el rectorado. Las distintas fuentes consultadas señalan que hay al menos tres candidatos fuertes pulseando por ser el candidato a rector.
Dos de ellos pertenecen a la Facultad de Ciencias Políticas. Una es la actual decana, Claudia García. El otro es Gabriel Fidel. La tercera en la pelea es la decana de Ciencias Económicas, Ester Sánchez. Dos casas fuertes y con diferente tradición política. Tanto García como Sánchez llevan dos mandatos al frente.
Las negociaciones en el oficialismo apuntan a generar una sola lista, por lo que también han surgido otros candidatos para traccionar lugares en el esquema de poder. La cuestión es si Interclaustro irá con una fórmula puramente radical o amplía su cobertura a los aliados.
Así también aparecen Fernanda Bernabé, que es dirigente de Libres del Sur, que ocupa la Secretaría Económica y de Servicios. Otro que suena es Ismael Ferrando, ex decano de la Facultad de Derecho y actual secretario de Relaciones Institucionales. En Económicas suena el vicedecano Miguel González Gaviola -el único radical de esa familia-. Y en la carrera también mencionan a Jimena Estrella Orrego -actual secretaria de Investigación y Posgrado- y a otra Jimena con apellido ilustre, Erice, vicedecana en Educación e hija de María Victoria Gómez de Erice.
«Nadie amenaza a ir por afuera. Favorece que la oposición está atomizada y es una correlación de lo que está pasando a nivel nacional», explicó una fuente vinculada al rectorado.
Una oposición dispersa
Como se ve, el mayor problema de Interclaustro es cómo resuelve esta interna, pero en la vereda de enfrente tienen otros problemas y es la falta de cohesión. Ahí se engloban diversas ramas del peronismo, la izquierda e independientes. En este punto, las agrupaciones opositoras todavía no tienen un cartel que las identifique hasta el momento y tienen como enseñanza la primera derrota ante Pizzi, donde el oficialismo presentó una sola lista contra tres de la oposición.
Acá aparecen al menos tres nombres con posibilidades. El primero es Adolfo «Toti» Cueto, decano de la Facultad de Filosofía. Además, el ex de Ciencias Políticas, Juan Carlos Aguiló. Y otro docente surgido de la facultad más politizada, Javier Ozollo.
Mientras los dos últimos se identifican más con el progresismo y el kirchnerismo, Cueto por su parte está vinculado con el peronismo tradicional. También hay otros nombres que buscan ganar espacio en una fórmula, como Claudia Paparini.
«Tenemos una mirada crítica sobre esta gestión de la universidad y su íntima relación con el gobierno del radicalismo, pero en este momento estamos abocados a la conformación de un espacio político en el que podamos confluir diversos sectores, unidades académicas y claustros», explicaron en la oposición. Todavía les falta un nombre, pero el primer paso es otro: «Hay voluntad para que exista la unidad. Queremos recuperar otras formas de funcionamiento en la universidad y una autonomía, que no tiene que ser boba ni desconectada de los problemas de la provincia, pero no con tanta vinculación del Gobierno».
Polémicas para la campaña
En noviembre, Pizzi avanzó con una medida que generó polémica y que inquietó a los decanos. Dispuso el pase a planta de alrededor de 500 empleados de apoyo docente, es decir, el personal administrativo. La decisión fue en el marco de la paritaria con el SPUNC, el gremio del personal universitario, y todavía resta la homologación del acuerdo por parte del Consejo Superior que se dio a finales de 2021.
Sin embargo, la firma generó sospechas porque se cuestionó que se estaba pasando a planta permanente a cargos políticos y que había casos de empleados con una antigüedad de apenas dos años y que están vinculados con el Rectorado.
También hay otras dos problemas que preocupan. Una es el presupuesto, que es definido a su vez por la Nación. Y el otro es la situación financiera del Damsu, la obra social para el personal universitario. En este caso, las quejas más recientes apuntan a que hay especializaciones médicas que ya no la reciben y el pago de coseguros. «Se financia con nuestros salarios, que han ido perdiendo contra la inflación. Eso, más los insumos de salud, que aumentan muy por encima de la inflación, hace que el Damsu se vaya desfinanciando», explicó Francisca Staiti, de Fadiunc, el gremio de los docentes universitarios.
Influencia externa
La de la UNCuyo no es una elección ajena a los intereses en los municipios y el Gobierno provincial. El articulador en la universidad con el radicalismo es la Franja Morada, pero también los contactos se dan en los estamentos con mayor poder de decisión. El cornejismo, por caso, está jugando fuerte con varias de sus figuras. Entre ellos, el presidente de la Cámara de Diputados, Andrés Lombardi, que es consejero directivo en esa facultad y es parte del grupo que promueve a la decana de Económicas como la próxima rectora.
Otras fuentes consultadas señalan que hubo contactos con Tadeo García Zalazar y con el ministro de Gobierno, Víctor Ibañez, que además es profesor titular de Derecho Constitucional en Ciencias Políticas.
«Todos van a hablar a los despachos oficiales«, contaron bajo reserva. Ibañez, hay que recordar, fue funcionario del primer mandato de Pizzi y dejó ese cargo para sumarse a la gestión de Suarez en la Provincia. «Tadeo por el momento no ha manifestado su apoyo a ningún candidato», sostuvieron desde Godoy Cruz.
En las esferas oficiales, en tanto, apuestan por la continuidad de Interclaustro «con una renovación» y señalaron que «las conversaciones están encaminadas para lograr la mejor fórmula posible«.
«El radicalismo a nivel provincial va a tener mucho peso, va a influir la opinión del Alfredo, del Rody y de los intendentes«, señaló una fuente que consideró que la magnitud de recursos que maneja la UNCuyo supera al de varios municipios. Otros, en cambio, relativizan el peso de la estructura extramuros y aseguran que todo se terminará definiendo en el campus universitario.
Dónde se gana la elección
Las elecciones en la UNCuyo tienen su particularidad y es que se definen por el voto de los docentes, de acuerdo al método de ponderación establecido para la elección. Se trata de un claustro conformado aproximadamente por unos 5 mil electores. En general, el docente promedio no está politizado y definen su voto por su relación al decano.
Pero en lo concreto, les corresponde un 50% de la definición, según esta fórmula. Luego sigue el resto de los claustros: alumnos, personal no docente y graduados. Por eso, hubo una efectivización de alrededor de 1.800 docentes por acuerdo paritario que se concursaron en 2021, destacaron desde Fadiunc. De hecho, también el gremio docente universitario tiene elecciones el 5 de abril.
Por eso, desde el oficialismo apuntaron a la necesidad de encontrar un acuerdo que contenga a todos, dado que «la universidad tiene su dinámica que no es la de un partido político, el universo electoral es muy distinto al de una elección general».
Para la oposición, en tanto, en estos comicios chocan dos modelos de universidad: uno más privatista y neoliberal, contra otro más progresista y con mirada de género.
Fuente y fotos: Gentileza El Sol
