Vino “sin alcohol”: una nueva era en la vitivinicultura argentina

El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) redefine el panorama del vino en Argentina al permitir la elaboración de vino sin alcohol. Según Pablo Asens, vicepresidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), esta decisión marca un hito significativo en la industria.
“Ya existía una resolución desde el año 2018 donde se podía bajar dos grados absolutos de alcohol desalcoholizando un vino”, comentó Asens a Diario San Rafael y FM Vos 94.5. “Creo que ahora la posibilidad de tener un vino de alcohol cero es importante, no va a ser la solución de la industria, pero es una herramienta más, una herramienta comercial más que va a tener la industria para poder satisfacer a aquellos consumidores que quieren tomar un vino que no tenga alcohol”, agregó.
El concepto de vino sin alcohol despierta debate entre los puristas del vino, pero Asens lo aclaró: “El vino es el producto de la fermentación de la uva y se obtiene alcohol. Si vos le sacás el alcohol, no deja de ser vino”. En Europa, los vinos sin alcohol han experimentado un crecimiento notable en popularidad en los últimos años, lo que indica un potencial mercado para este tipo de productos en Argentina.
La tecnología ha desempeñado un papel crucial en el desarrollo de vinos sin alcohol, haciendo que sean cada vez más aceptables en términos de sabor y calidad. Aunque no replican exactamente la experiencia de beber vino convencional, satisfacen una demanda específica. “Es como una cerveza de alcohol cero, no tiene el mismo gusto, pero hay gente que le interesa o le gusta poder tomar ese tipo de bebidas”, explicó Asens.
En España, líder en la producción de vinos sin alcohol, se ha diversificado la oferta con variedades como espumantes, blancos y tintos en diferentes categorías de calidad. A pesar de su crecimiento, todavía representan una fracción mínima del mercado de vinos en ese país. Sin embargo, el futuro en Argentina podría ser diferente. “Quizás en Argentina tengamos la suerte de que el consumidor descubra un producto nuevo y lo acepte y realmente sea interesante para aquellas bodegas que desean incursionar en este tema”, reflexionó Asens.
La resolución del INV también abarca la categoría de vinos ligeros, permitiendo la producción de vinos con menor contenido de alcohol, adecuados para quienes prefieren opciones más suaves o desean evitar los efectos del alcohol. “Hoy podemos obtener vinos de 5 o 6 grados en una medida de alcohol baja que te permite consumir quizás un vaso y que no tengas problemas después de cierto tiempo de ser detectado con alcohol en sangre”, destacó Asens.
Esta flexibilidad en la regulación facilita la adaptación de la industria a las tendencias de consumo y promueve la innovación.
Además de los vinos sin alcohol, la industria vitivinícola argentina enfrenta nuevos desafíos y oportunidades. El lanzamiento del vino en lata, aunque aún no ha alcanzado su máximo potencial, representa otra alternativa para los consumidores. “Es una herramienta más que tenemos”, afirmó Asens. “El sector bodeguero, contra más herramientas tengamos desde el punto de vista comercial, que no estén limitadas técnicamente, que no estén limitadas por resoluciones del INV, para nosotros va a ser mucho mejor ir buscándole la vuelta para sostener nuestros consumidores o para atraer nuevos”.