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  • Perder el tiempo que disfruto no es tiempo perdido.| Marta Troly

viernes 3, de mayo , 2024

Vive solo, en condiciones infrahumanas y está casi ciego: “Prometieron arreglar mi casa y ni un ladrillo trajeron”

Está desesperado. Emeterio Luna llora del otro lado del teléfono cuando intenta hablar mientras sus vecinos luchan por contener y acomodar una tela plástica grande que hace de techo en el rancho donde vive, en Bandera Bajada, en Santiago del Estero. Esa es la casa en la que creció y aprendió todo lo que su padre le enseñó para que pudiera ganarse la vida y subsistir en un pueblo que hoy parece quedado en el pasado y el olvido.

Emeterio fue electricista e hizo varias changas con la que podía vivir tranquilo y que le permitieron mudarse a Buenos Aires cuando era joven, pero regresó para compartir los últimos años de su padre, cuidar la casita y sus memorias. “Cuando el viejo se murió, yo quedé acá”, cuenta Luna.

Hace ocho años vino a verme un comisionado diciendo que me ayudaría con la casa, y no lo ha hecho. Ahora éste que empezó dijo que ya tenía todo para ayudarme, pero ¿a dónde está la casa? ¡Ni ladrillos me traen y eso me duele! Yo estoy solo, ¡solo!”, alcanza a explicar y se quiebra al punto de ya no poder hablar. Para resguardarlo de las emociones su vecino explica qué y cómo viendo el hombre de 75 años.

A Emeterio la salud no le da tregua: sufre de presión alta, está casi ciego debido a la diabetes, sus huesos también están enfermos y debido al dolor, sobre todo en la espalda, debió dejare de trabajar. Él mismo le pidió a Gustavo Montenegro (uno de los vecinos que lo ayudan llevándole agua, comida, comprando los remedios y, sobre todo, dándole todo el afecto que necesita en su peor momento) que clamara ayuda por él.

“¡Esto es indignante! Este hombre no puede ni merece seguir viviendo en un rancho que ni paredes ni techo tiene. Si llueve le entra agua por todos lados y está solo, casi ciego y sin ayuda. Han pasado gobiernos sin darle una mano y hoy tenemos otro gobierno que ha venido a la casa a prometerle mejoras, pero la desarmaron y no arreglaron nada, todo lo contrario: dejaron huecos y quedó así nomás”, dice con furia el pequeño productor de la zona que vela por este hombre.

La triste realidad

Según cuenta Gustavo que le relató su vecino, después de terminar el servicio militar, allá por la década del 60, Luna trabajó de pulidor de acero, fue electricista y en los años 90s arreglaba televisores, radiograbadores y cuanto aparato eléctrico le llevaran. Hoy, no solo es otra la tecnología la que cambió e impide hacerlo sino que sus ojos fueron victimas de una diabetes que en solo seis meses le quitó el 95 % de la visión.

“Hace más de diez años vive así. Tiene muchas dolencias y enfermedades, y depende de medicaciones que no recuerdo cómo se llaman, para aliviar sus dolores. Algunas son inyecciones que los vecinos van a comprarle”, explica el más cercano que vive a más de 100 metros. En la zona también vive un hermano de Luna y otros paisanos que se acercan a darle una mano y aunque ninguno de ellos tiene económicamente mucho más que Emeterio, entre todos hacen lo que pueden y gracias a ellos aún sigue con vida.

La diabetes le sacó el 95% de la visiónLa diabetes le sacó el 95% de la visión

“Lo cuidamos mucho, todo lo que podemos. Acá en Bandera Bajada la situación económica es muy precaria. Las cosas están muy, pero muy mal, para todos. La situación que pasa el pueblo es muy fea y triste porque no hay futuro”, lamenta y cuenta que cada tanto, el municipio lleva agua a la casa de Emeterio en un tanque que dejan en un calicanto (una especie de recipiente de piedras), pero no es muy potable tampoco ya que viene de un canal y pasa por la planta potabilizadora del pueblo, que no purifica nada. Por eso, tomamos agua de lluvia. La otra no es apta para el consumo, pero se toma igual, no queda otra. Yo lo estoy abasteciendo con agua de bidones para que encima no le haga mal el agua”, detalla.

A los lamentos por el hombre se suma la realidad del pueblo “que parece detenido en el tiempo, en el pasado”. “Nos hemos quedado en el tiempoLos chicos dejan de estudiar pronto, no hay buena educación ni sistema de saludLas casas son casi todas ranchos con techo de paja; son contadas las viviendas sociales que hacen y esas pocas no son para gente que realmente las necesitan. La gente grande de edad no recibe nada: ¡como nace se muere! Aquí seguimos en el tiempo de la vinchuca y ese tipo de enfermedades. Hay un hospital al que le falta todo y es un desastre. Hace 15 años estoy acá, vengo de los límites de Córdoba de Ojo de Agua, y esto es otro mundo”, cuenta sobre el pueblo que dista a 100 kilómetros de La Banda y que integra el departamento Figueroa.

Luego del minuto que Emeterio pudo hablar con Infobae, comenzaron a llegar más vecinos que vieron el video que Gustavo compartió entre sus contactos. “Lo que pasa es que también tiene sus temitas de la presión y esta situación lo entristece y enoja mucho porque hace años le prometieron ayuda y se la prometen, pero no la cumplen. ¡Emeterio no pide un plan, es un tipo que toda su vida trabajó, pero que está mal de salud y por eso necesita ayuda! Está jubilado y cuando necesita sus remedios, mi esposa lo ayuda con los papeles de Pami”, cuenta y resalta la ayuda que el hombre recibe. “Eso nunca falta, ¡siempre hay una persona dispuesta a cebarle un mate y escucharlo!”.

Unos vecinos ayudan acomodan la lona que hace de techo en la casa que habita Emeterio LunaUnos vecinos ayudan acomodan la lona que hace de techo en la casa que habita Emeterio Luna

Con necesidad de expresar sus pesares en nombre de quien habla, dice: “Yo le pido al gobernador que no nos abandone como pueblo y que controle a las comisiones municipales, que haya más controles para que esta gente no pase esta situación en la que vive. Estamos en el siglo de la tecnología y hay gente que apenas se puede iluminar, y debemos caminar en caminos de tierra porque nunca se asfaltó lo que se había prometido” y remarca las falencias de la situación hídrica en la zona donde “apenas hay agua para producir unas calabazas”.

Gustavo describe lo que pasa mientras se produce la llamada: “Llegaron más vecinos para ayudar a mover el plástico y taparle el techo así esta noche al menos tiene un techito, pero me lo quiero llevar a casa así está más cómodo. Nadie tiene que vivir así, este hombre está muy mal y necesita ser ayudado”, finaliza.

Fuente: Infobae

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