La suba de precios, la falta de valores de referencia y la “avivada” de muchos comerciantes hizo que en los últimos días los consumidores dejaran de comprar, motivo por el que el mercado reaccionó e intentó regularse. Con una situación que no se contemplaba desde hacía tiempo: los mismos empresarios recomendaron a los mendocinos no comprar si los valores son desmedidos, con la idea de que así bajará el costo.
Los empresarios del sector alimenticio se han mostrado preocupados, en especial, por el bajo consumo registrado durante las fiestas de Nochebuena y Navidad. Por primera vez en años aconsejaron a la gente a no comprar si los precios están elevados.
No fue lo único. También decidieron no aceptar listas de algunas empresas que llegaron con aumentos por encima del 40% o 50%. Esto está complicando el abastecimiento, sobre todo en súper e hipermercados, ya que se observan faltantes de algunos productos y marcas.
La carne, a la baja
“El cliente tiene que entender qué es el que domina la oferta, de modo que si los precios suben desmedidamente, es el consumidor el que tiene la capacidad de lograr que estos bajen, el modo es simple: dejando de comprar”, recomendó José Rizzo, presidente de la Cámara de Abastecedores de Carne de Mendoza.
El empresario advirtió que el viernes pasado, previo a la Navidad, se reflejó un descenso en los precios de algunos cortes y, para esta semana, se viene una nueva baja, al menos en las blandas.
La baja anterior rondó el 15% y se prevé algo similar para esta semana. La caída de ventas interanual fue del 10%, aproximadamente, y los comerciantes están esperanzados en revertir la situación para la celebración de Año Nuevo.
“No se puede concebir que el kilo de asado hoy se consiga entre los seis mil y ocho mil pesos, es decir, lo mismo que percibe un empleado por día trabajado. Es una locura que no se puede permitir”, expresó Rizzo.
La situación se replica en el pollo y el cerdo. De hecho, cortes como matambre o bondiola de cerdo que antes tenían un costo que rondaban los 4.500 y 5.000 pesos, durante la Navidad llegaron a los 8.000.
“Está claro que la gente tiene que limitarse a comprar lo que está caro y, de ese modo, el mercado comenzará a regularse y bajará los precios. Esto es una cuestión básica de oferta y demanda”, agregó Rizzo.
Rechazan listas con aumentos
En algunos hipermercados, incluso mayoristas, los propietarios han optado por no aceptar listas de productos con aumentos.
Uno de los que advirtió el panorama fue Rubén David, propietario del mayorista Oscar David, quien indicó que “algunas empresas decidieron incrementar los valores de sus productos sin justificativo alguno”.
“En esos casos, decidí poner como límite un aumento del 40% o 50%, es decir, por encima de ese porcentaje no recibo la mercadería”, comentó.
Si bien no son muchas las empresas que optaron por aumentar sus valores, las consecuencias de las que sí lo hicieron, obviamente, las sentirán los consumidores. Esto se refleja en las góndolas que lucen vacías.
“No he pensado poner un límite de compra, como ha ocurrido en otras oportunidades, sino que la gente comprará libremente y cuando el producto se termine no habrá más. Es así”, manifestó David.
El empresario confía que en las próximas semanas la situación se acomodará pero, mientras tanto, seguirá con estas medidas.
“El consumo ha bajado considerablemente. La gente viene a buscar lo que realmente necesita, no está comprando para stockearse ni mucho menos. Hoy lleva lo justo”, describió.
Frutas y verduras, con efecto rebote
Tal como ocurrió con la carne, el precio de las frutas y verduras comenzó a bajar tras la caída de consumo y, en las Fiestas las ventas fueron muy positivas.
“Hace tiempo venimos aconsejando a la gente que si el producto está caro no lo compre y los resultados se notan y mucho. Un ejemplo claro fue el del tomate que, tras la baja de consumo, el precio cayó. La gente no tiene que salir corriendo a comprar, eso empuja a que aumente la inflación”, refirió Omar Carrasco, de la Unión Frutihortícola de Mendoza.
Fuente: El Sol