Becario sanrafaelino compartió cómo se vive en Japón

El sanrafaelino Livio Leiva fue becado por el Gobierno de Japón, lo que lo llevó a mudarse a la ciudad de Kioto, en ese país, desde donde dialogó con FM Vos (94.5) y Diario San Rafael sobre lo que está atravesando.
Dijo que fue becado por ese gobierno en 2018, como parte de un programa que existe en distintos países y que acá organiza la embajada japonesa en Argentina. Se trata de becas de postgrado, para hacer maestrías o doctorados. “En la página de la embajada de Japón en Argentina está toda la información por si a uno le interesa y hay que mandar una serie de documentos, después hay que rendir una prueba de idioma, que en aquel entonces era presencial, por lo que tuve que rendir en Buenos Aires, aunque dudo mucho que siga siendo presencial ahora. Consistía en una parte en inglés y otra en japonés, pero la parte en japonés no era un requisito fundamental, sumaba pero podías no saber nada de japonés e igual tenías tu posibilidad (como en mi caso, por ejemplo); después tenía una entrevista con preguntas generales, de las motivaciones, la vida, de por qué quería ir, no demasiado relevantes pero también es una etapa”, expresó este hombre que recientemente presentó la tesis de su carrera.
Recordó que en un primer momento, la sensación fue “rara” porque ni siquiera se entienden los carteles de las calles, lo que hace sentirse “un analfabeto”. “Fue mi caso, que llegué sin saber nada, y también hay un choque cultural. La gente es muy amable, de por sí la gente es genuinamente amable con el otro, pero a la vez son reservados y distantes para el trato, y eso se ve desde cómo saludan, ni siquiera hay mucho contacto humano de por sí. Pero no he tenido una adaptación difícil, lo que sí siento es que uno nunca se va a terminar de integrar”, aseguró. Es que la barrera del idioma es significativa y, si bien ha aprendido, no lo domina al punto de hablar fluidamente.
La vida es cara en Japón, si se tienen en cuenta los precios de la comida y alquileres. En lo personal, Livio se adaptó rápido a las comidas, aunque extraña las típicas argentinas como milanesas o asado. Alquila un departamento pequeño, aunque no lo es para el estándar de vida japonés. No se ha enamorado aún en el país asiático. Si bien como extranjero tiene algunas “ventajas”, considera que en cuanto a belleza física “Argentina es muy superior en promedio”. Como experiencia negativa, pocos meses después de llegar le tocó sufrir un temblor de alrededor de 6 grados.