La inflación afecta a todos los ámbitos de la actividad cotidiana, y la organización de eventos no es ajena a esto. Ariel Pacheco, titular de una empresa de catering en San Rafael, se refirió al tema en diálogo con Fm Vos y Diario San Rafael.
“Después de la pandemia, en que estuvimos un tiempo largo sin trabajar, volvimos a poder hacerlo, pero nos encontramos con el problema creciente de la inflación y por lo tanto se nos hace muy difícil dar previsibilidad a la gente respecto a cuánto va a costarle su evento dentro de dos, tres, o cuatro meses. A nosotros nos contratan con un año de anticipación, entonces hay que hacer una ingeniería financiera para darle previsibilidad a los clientes y poder hacer el evento. Estamos en la tormenta perfecta ya que la gente no tiene dinero, nosotros no sabemos cuánto va a costar, y los precios aumentan desmedidamente. La semana pasada por ejemplo la papa costaba tres veces más de lo que debería por una cuestión estacional, el turismo y otras razones. Es imposible para nosotros manejarnos con una bolsa de papa que de una semana a otra pasa de $2.000 a $6.500, y eso ya no tiene que ver con la inflación. Así sucede con muchas otras cosas. Cada una de las empresas de catering tiene su modalidad, algunos ya están cobrando en dólares, aunque la gente no se anima a cerrar un trato en dólares, entonces lo que nosotros hacemos es un ajuste mensual del valor de la tarjeta. Por otra parte, si nos pagan toda la fiesta por adelantado nosotros con ese dinero compramos mercaderías, insumos y materiales para mantelería para poder sostener el valor del dinero. Quiero decir que tratamos de buscar la manera para hacer los eventos”.
Pacheco también comentó que “otra cuestión que ha sucedido es que estamos resignando rentabilidad para poder seguir trabajando, entonces vamos achicando nuestros márgenes de ganancia, cubriendo los costos para poder sostener la empresa con la esperanza de que en algún momento las cosas mejorarán. Nosotros resignamos rentabilidad en una parte del evento, y en otra, mes a mes vamos corrigiendo los precios para la gente, pero no de lo que ya han pagado porque ese precio queda congelado, sino de lo que resta pagar, esto es una manera de darnos una mano desde ambas partes porque ahora nosotros pensamos siempre en poder trabajar. Si reajustáramos el precio total del evento todos los meses, ninguna de las empresas trabajaría. Por otra parte, yo creo que los festejos se van a seguir haciendo porque la ilusión de los padres de hacerle el cumpleaños a la nena siempre está, lo mismo que los casamientos o los cumpleaños cuando las personas van cumpliendo cuarenta o cincuenta años, o los festejos de aniversario de casados. Quiero decir que la gente tiene siempre deseos de festejar y en virtud de eso nuestra agenda ya está cubierta hasta mediados del 2024. Una cosa que sí ha pasado en que los eventos ya no son masivos, las fiestas que juntaban a doscientas personas hoy se hacen con ochenta o cien y se ha alargado el plazo en que vienen a consultar, ya que hay personas que vienen con un año y medio de anticipación para poder juntar el dinero”.
