En el texto, aseguró que no tenía “pancito para que tome el desayuno, y para el almuerzo tengo para hacer un arroz nomás, solito. Así que, para que no pase hambre, no lo quiero despertar temprano”.
Por último, la mujer prometió que una vez que el niño amaneciera, haría todos los trabajos y le enviaría el material a la maestra. “Le agradecería mucho su comprensión y si me pudiera mandar lo que están haciendo para hacerlo apenas lo despierte y mandarle foto de las tareas”, escribió Núñez.
La familia vive en una situación precaria. Ella hace changas en el hogar. Su marido, Cristian, es gasista pero su trabajo cayó desde el comienzo de la pandemia.
Tras el mensaje de Núñez, la maestra armó una red de solidaridad que permitió a mucha gente colaborar para ayudarla. «Fue emocionante, no esperaba que la gente hiciera esto. Me ayudaron mucho», dijo la mujer a los medios locales.
Al tomar estado público la situación, el municipio de Rancagua visitó a la familia y llevó cajas de alimentos. Además anunció que entregará un subsidio para cubrir tres meses de alquiler de la vivienda.