Desde hace exactamente dos meses, el Complejo Volcánico Laguna del Maule, ubicado en el límite entre Mendoza, Neuquén y Chile, está en alerta amarilla porque registra actividad sísmica constante desde entonces. El último reporte el Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica (OAVV) indica que presentó “algunos enjambres” el jueves pasado.
“Desde las 20 del jueves 1 de junio, las estaciones de monitoreo volcánico instaladas en las inmediaciones del Complejo Volcánico Laguna del Maule registraron un enjambre
sísmico que a la hora de emisión de este reporte contabiliza más de 100 eventos de tipo
volcano-tectónicos (VT), asociados al fracturamiento de roca al interior del volcán. Esta
actividad se encuentra localizada a 8.2 km al oeste-sudoeste (OSO) del centro de la
laguna”, señala el reporte.
Sebastián García, director del OAVV, explicó que los eventos registrados son de baja energía y que la actividad sigue localizada en la zona cercana al sector de Las Nieblas, al suroeste del centro de la laguna.
El experto puntualizó que no se ha registrado ningún tipo de actividad superficial en el Complejo Volcánico y que no ha generado ningún tipo de afectación sobre el territorio argentino, ni ha sido reportado registros de este evento por parte de las poblaciones cercanas sobre territorio argentino.
En el ranking de riesgo relativo para Argentina, este complejo se ubica en el puesto 3, detrás de los volcanes Copahue y Planchón- Peteroa.
El Complejo Volcánico Laguna del Maule es monitoreado a ambos lados de la cordillera. En 2021, se instaló una red de monitoreo en suelo argentino. García explicó que, por el momento, se descarta la posibilidad de una erupción y aclaró que “no hay que alarmarse, pero sí mantenerse informado y seguir los protocolos indicados por las autoridades en el caso de que se eleve el nivel de alerta”.
El Maule
El Complejo Volcánico Laguna del Maule está ubicado en la zona limítrofe de Argentina y Chile, pero la laguna está completamente en territorio chileno. Este complejo cubre unos 500 kilómetros cuadrados y está formado por conos, volcanes de escudo, domos y flujos de lava.
Estudios geológicos identificaron al menos 130 centros eruptivos individuales, de los cuales han sido emanados más de 170 kilómetros cúbicos de material. En particular, se han reconocido un total de 36 lavas y domos post-glaciales de composiciones riolíticas y riodacíticas, emitidos desde 24 centros eruptivos diferentes.
De acuerdo con el Servicio de Geología y Minería de Chile, la morfología actual de la zona es el resultado de procesos tectónicos, volcánicos y glaciares: “Por ejemplo, algunas evidencias indirectas indican que el lago fue originado por procesos glaciares y tectónicos y que el represamiento de las aguas del lago es principalmente por efusiones volcánicas”, señala ese organismo.
Fuente: El Sol
