El ingeniero cordobés Edmundo Ramos está realizando un viaje nacional desde La Quiaca a Ushuaia, con la particularidad de que lo hace con un auto que funciona a basura. Por la Ruta 40 llegó a Mendoza en su primera etapa y hoy arriba a San Rafael. Dialogó sobre su creación con FM Vos (94.5) y Diario San Rafael.
Sabido es que hay muchos residuos que pueden ser reutilizados si son bien tratados, si hay una separación correcta. El ingeniero Ramos explicó que el vehículo creado trabaja con una “energía alternativa”, lo que permite evitar el uso de energías petroleras y, al mismo tiempo, “limpiar el planeta”.
El vehículo de este profesional es una camioneta Ford Ranchera modelo 83, con motor de 3,6 litros. Con la utilización de basura, el conductor ha logrado alcanzar velocidades que superan los 115 kilómetros por hora. Un video donde eso puede apreciarse está publicado en la página de Facebook de este profesional: “Auto a basura”. “En esa misma página de Facebook se pueden descargar gratis los planos; cualquiera puede hacerlo y fabricar un auto que funcione con basura”, señaló, y agregó que en su caso lo que usa es basura seca combustible (orgánica), como cáscaras, carozos, madera, carbón, restos de poda. Ya ha comenzado con una investigación, para trabajar luego con basura plástica a través de la creación de “plasti-gas”. “Realmente me sentiría contento conmigo mismo y con el proyecto de que el auto no solamente funciona con basura seca, orgánica, sino que también estaría funcionando con basura plástica”, afirmó.
En cuanto al funcionamiento, dijo que “se llena un tambor de basura seca, combustible, se enciende fuego y la combustión incompleta de la basura produce monóxido de carbono; el monóxido de carbono es un gas combustible y es lo que alimenta al motor”. Recordó que en 2008 pudo dejar de trabajar como ingeniero para su sustento, por lo que tuvo mucho tiempo libre y decidió aplicar el lema “el que no vive para servir, no sirve para vivir”. Así empezó toda la investigación y diez años más tarde fabricó su primer gasificador de “gasura”, por lo que compró la Ford Ranchera y durante dos años continuaron las adaptaciones. “Mi gasificador es un tambor metálico, con una tapa y dos agujeros. Eso es todo el gasificador, no hay más complicaciones. Irónicamente, en mi guía le pido perdón a la comunidad mundial porque ‘no lo pude hacer más sencillo’”, destacó.
Con este aparato, salió a la ruta junto a su esposa, Fabiola Dieguez, que va en un vehículo de apoyo para hacer todo este recorrido.
El ingeniero aclaró que cualquier auto que funcione con nafta puede hacerlo con basura y que su idea es incursionar luego en los motores Diesel.
