Estadistas, claves para el momento nacional

La actualidad nacional, dominada por las discusiones acerca de cualquier tópico que aborden nuestros dirigentes, pareciera soslayar un aspecto central de la situación: la falta de verdaderos estadistas en nuestro país. Más allá de la llegada a puestos dirigenciales de nuestra sociedad de políticos de diversas filosofías partidarias, tanto las discusiones planteadas como la falta de solución a los problemas mencionados demuestran que lo que en realidad ocurre en nuestro país es que no contamos con mandatarios que estén a la altura de las circunstancias. Y desde hace años.
Así, los argentinos nos encontramos atrapados en un laberinto en donde la falta de verdad en lo que se dice y la falta de coherencia en lo que se hace nos confunde una y otra vez, al grado de pensar que quizá no exista otra manera de hacer las cosas más que como las venimos haciendo.
Sin embargo, y por más incierto que parezca el panorama, no podemos declinar en la búsqueda de verdaderos estadistas como una única manera de mejorar nuestro país. Debemos pugnar por hacer surgir dirigentes que aseguren la viabilidad de nuestro país y que asuman responsablemente los temas pendientes de la agenda nacional, al tiempo que internalicen y ejerzan la idea de que ocupar un cargo electivo presupone el compromiso de servir a quienes con el voto depositaron su confianza no sólo en una persona, sino en un proyecto consistente. Claro, a los ciudadanos también nos tocará una parte de la empresa y es la de realizar consecuente y desinteresadamente nuestros aportes particulares a la grandeza nacional.
En la Argentina, éste pareciera ser el momento del necesario surgimiento de líderes que tengan la sensibilidad y la determinación para entender y promover la reconciliación y el reencuentro entre los habitantes de nuestro país, pues sólo reconstruyendo el tejido social podremos asegurar el éxito de cualquier política y volver a tener como una posibilidad cierta la idea de una Argentina mejor. El objetivo no es sencillo pero es quizás la única solución que tenemos como nación.