Por eso los investigadores tomaron más de 100 muestras de los terrenos, hogares y ambientes por los que se mueven los cuatro individuos (algunos de los cuales son menores de edad) para tratar de determinar dónde pudieron entrar en contacto con la cepa de la bacteria Burkholderia pseudomallei, que produce la melioidosis.
Los principales sospechosos de la infección son los alimentos, bebidas, fármacos y productos de belleza o de limpieza.
La melioidosis es una infección que puede ser localizada o general, y por eso tiene una amplia variedad de síntomas que la CDC enumeró: desde dolor focalizado, abscesos, inflamación, dolor en las articulaciones, fiebre y úlceras, hasta cuadros pulmonares, tos, pérdida de peso o de apetito, dolores en el estómago o el pecho y convulsiones.
En días en que Estados Unidos atraviesa la segunda ola de contagios masivos por coronavirus, y teniendo en cuenta que algunos de los síntomas se parecen a los de la melioidosis, las autoridades sanitarias pidieron a la población consultar a los médicos en caso de atravesar una infección que no se vaya en cuestión de días con un antibiótico.
Los síntomas de la melioidosis pueden incubarse entre dos o cuatro semanas, ataca a personas adultas o menores de edad y puede volverse particularmente grave en quienes tienen diabetes, problemas de hígado, pulmonareso o de riñón.