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domingo 5, de mayo , 2024

Fuertes emociones: alumnas de la Ebyma confeccionaron y entregaron “muñecos de apego” a niños internados en el Schestakow

Ludmila Di Marco (15) Érica Palma (16), son alumnas de la Escuela Técnica Mercedes Álvarez de Segura (ETMA), la que antiguamente era conocida como Ebyma. Estudian en el 3° año de la secundaria en la modalidad Textil. Ellas juntos a sus compañeras estuvieron trabajando en un proyecto titulado “Bordando sonrisas”, que incluyó la confección de “muñecos de apego”, y su posterior entrega con un fin solidario.
Las alumnas visitaron los estudios de FM Vos (94.5), y Ludmila expresó que en la orientación que estudian están bastante centradas en la moda, el diseño, la producción y la solidaridad, lo cual –dijo– “es algo central de la Ebyma”. A eso, su compañera agregó que la palabra “producción” hace referencia a la realización de prendas. “Yo por ejemplo estoy en la producción de un vestido, hacemos polleras, pijamas, diferentes tipos de prendas y en 6° sacamos nuestra propia marca de ropa. Es un proyecto bastante grande”, señaló. “La marca se presenta en la Universidad de Mendoza, y ahí está la posibilidad de que nos den una beca para poder seguir estudiando eso”, destacó Érica.
Con fines solidarios, estas adolescentes junto a sus compañeras de curso llevaron adelante la realización de “muñecos de apego”. “Son muñecos que se entregan a los niños que no están en muy buenas condiciones de salud, para que les den alegría, que sepan que tienen un ‘compañero’ o algo a qué aferrarse”, explicó Érica y añadió que “es para hacerles compañía, algo que los acompañe, con lo que puedan entretenerse, jugar”.
Ya con los trabajos terminados, las jóvenes fueron disfrazadas de personajes conocidos al Área de Pediatría del hospital Schestakow, donde entregaron los muñecos. “Creo que fueron diez niños los que visitamos cada una, y les entregábamos eso y un globo”, recordó Ludmila.
Algo que sintieron profundamente –aseguró Érica– fue la emoción, la empatía. “Hay muchas historias y hubo una que me llegó al alma, y es la de un niño de siete años que nos contó que ha estado internado desde que nació, así que fue bastante impactante. Vernos entrar, recibir el muñeco y estar un rato con él, fue bastante lindo”, manifestó, a lo que Ludmila agregó que lo que lograron fue “dejar una huella en su corazón”.

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