En 2011, el historiador israelí Yuval Noah Harari publicó un libro llamado “Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad”. En él, presenta los principales hitos de la historia del Homo sapiens y, para ello, divide el libro en cuatro partes: la revolución cognitiva, la revolución agrícola, la unificación de la humanidad y la revolución científica.
El argumento principal de Harari es que el Homo sapiens domina el mundo porque es el único animal capaz de cooperar flexiblemente en gran número, gracias a su capacidad (única entre los animales) de creer en entes como los dioses, las naciones, el dinero o los derechos humanos. Harari afirma que en esa inteligencia influyen centralmente los sistemas de cooperación humana a gran escala, como las religiones, las estructuras políticas, las redes comerciales y las instituciones jurídicas.
La lucha contra la pandemia de coronavirus requiere y exige de colaboración y solidaridad, de dirigentes y ciudadanía. Si las autoridades disponen, por caso, que las personas se queden en sus hogares para así reducir al mínimo las probabilidades de contagios, la mejor manera de colaborar que tiene cada uno es cumpliendo a rajatabla con las nuevas reglas de juego impuestas en esta circunstancia que es excepcional.
Otra buena manera de colaborar es evitar la difusión de noticias falsas y rumores que puedan generar mayor preocupación en la población y que no contribuyen a prevenir los contagios. Es cierto que para muchos el aislamiento social puede generar cierta incomodidad, pero lo que se debe remarcar es que esa situación –vale reiterarlo, es excepcional– ayudará a evitar problemas más graves para la comunidad.
Es de esperar que todos los argentinos actuemos con responsabilidad ante esta acuciante circunstancia, recordando que, como plantea Harari, la verdadera diferencia entre los humanos y el resto de los animales no está en el plano individual, sino en la capacidad de cooperar en pos de un mismo objetivo, que en este caso no es otro que cuidar la salud de todos.