Muchas veces naturalizamos las acciones cotidianas y terminamos desmereciendo u olvidando el trabajo que hacen los demás. Una de estas situaciones se da con los recolectores de residuos, ya que todos damos por sentado que pasarán y se llevarán los desperdicios que dejamos en el tacho de enfrente de la casa.
Pocas veces nos ponemos a pensar sobre la dura tarea de quienes “corren detrás del camión” para llevarse nuestra basura y solo nos acordamos –negativamente– de ellos cuando se olvidan o se les cae alguna bolsa.
Un pequeño reconocimiento y un “mimo” al alma de los trabajadores de la recolección se los brinda Mateo, una nena de apenas 3 años que vive en Cuadro Benegas y que cada vez que pasa el camión está esperando a los empleados para brindarles agua fresca.
Cada vez que los trabajadores de la recolección llegan hasta la puerta de su casa, el pequeño niño los espera con una jarra y un vaso de agua para ellos. Un pequeño apoyo para que puedan seguir con su labor, especialmente los días en los que las temperaturas son agobiantes.
Mariela, la orgullosa mamá de Mateo, compartió el gesto de su hijo y contó que “todos los miércoles espera el camión de la basura para entregarles a los que trabajan un vaso de agua. Hoy les preparó un jugo”.
Cada semana el niño espera la llegada del camión y hace lo imposible para que no pasen por su casa sin que él pueda llevarles el pequeño “obsequio”, que no es más que una muestra de agradecimiento y reconocimiento a la labor que los recolectores realizan a diario.