El viento Zonda no dio respiro y este domingo los vecinos de Luján de Cuyo vivieron la peor pesadilla de sus vidas. Además de voladuras de techos, muchas viviendas pero sobre todo cabañas destinadas para el alquiler de turistas fueron arrasadas por los incendios.
El desastre perjudicó a una parte del corredor turístico de la ruta 82, que conecta Mendoza con Cacheuta. La zona residencial más dañada fue la tradicional Colonia Suiza, el paraje donde algunos propietarios tuvieron pérdidas totales. También fueron afectadas las localidades de Cerro Los Cóndores, La Crucecita y La Unión.
Por la emergencia, unas 82 personas fueron evacuadas mediante colectivos y movilidades al polideportivo municipal de ese departamento. Entre ellos, hay 35 niños y adolescentes de nacionalidad chilena que estaban en Mendoza por una competencia de fútbol.
Todos se encuentran en perfecto estado de salud y a la espera de la reapertura del Sistema Integrado Cristo Redentor, previsto para el próximo jueves, para retornar a su país.
Entre la resignación y el volver a empezar
Ya con el fuego prácticamente extinguido y los focos de incendios controlados, este lunes las autoridades municipales realizaron una recorrida por la zona. Lo que quedaba era un panorama desolador.
“Tuvimos tres frentes muy grandes. Se pudo contener con más de 400 operarios. Los bomberos han hecho un trabajo titánico. A las 4.30 logramos contener los focos”, sostuvo Sebastián Bragagnolo, intendente del municipio y agregó: “Vamos a solicitar a la Nación una vía financiera para las familias afectadas”.
En tanto, los propietarios de las cabañas que quedaron completamente quemadas se mostraron resignados y con la esperanza de recuperarse.
Así fue el caso de David Fernández, ex jugador de Godoy Cruz, que junto a su hermano y un grupo de amigos desde las 0.30 hasta las 6 estuvieron apagando el fuego que se registró sobre su complejo de cabañas LCD, ubicado en Blanco Encalada.
“Hace 15 años que tenemos este complejo y la verdad es que no podemos creer lo que nos pasó. En cuestión de minutos perdimos tres de las cinco cabañas que contábamos para alquilar a turistas”, contó Fernández con mucha tristeza.
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Mientras el joven iba mostrando lo que quedaba, su padre en un rincón contemplaba los restos en ceniza. Había construido este complejo, con la idea de que en el futuro sus hijos pudieran vivir económicamente del turismo.
“No le avisamos a mi padre para que no sufriera más, pero esta mañana le tuvimos que contar y todo es desolación. Te da bronca, impotencia y, sobre todo, mucho dolor por lo que nos costó montar este predio, por lo que laburamos para mantenerlo así”, dijo el ex futbolista del Tomba.
Las tres cabañas estaban alquiladas por visitantes chilenos que, en horas del mediodía, habían decidido retirarse del lugar por el intenso viento, por lo que no hubo que lamentar víctimas.
“Lo material se recupera, ya veremos cómo hacemos para levantarlas otra vez. Sólo espero que el Gobierno nos de una mano y nos ofrezca algún tipo de financiación para recuperar lo perdido“, pidió Fernández.
Otro que perdió parte de su historia fue Fabián González, de la Asociación de Turismo de la ruta 82, dueño del complejo Cabañas Coco.
“Tengo 59 años y sólo me pregunto `y ahora qué´“, dijo consternado Fabián, que ni bien se enteró de lo ocurrido abandonó su hogar en los Corralitos y se dirigió al predio.
“Sólo quería ver como se encontraba José, el casero del lugar, cuando lo encontré no tuvimos más que alejarnos de la zona y ver a la distancia como todo se consumía con las llamas“, expresó.
En medio de tanto dolor, el hombre agradeció el trabajo de los bomberos, personal de Defensa Civil y destacó la empatía del intendente que se comprometió en ayudarlos a futuro para reconstruir el negocio familiar.
Con lo puesto
En medio de ese panorama, es necesario destacar la historia de José, un trabajador que hace 15 años se desempeñaba como casero de las cabañas Coco.
Sentado sobre unos troncos, con sus pantalones rotos y la mirada perdida por tanto llorar. Así estaba este lunes el hombre. “No pude hacer nada, se perdió todo”, enfatizó entre lágrimas.
José es el casero de ese complejo, pero lamentablemente también perdió todo. Su camioneta se la llevó el fuego junto a sus pertenencias.
“Me quedé sin nada. Cómo se hace para volver a empezar. Esto era mi vida. 15 años de mi vida las dediqué a este complejo y hoy no tengo nada, estoy con lo puesto”, expresó entre lágrimas.
El viento le voló la casa
Adriana se salvó de que su vivienda sea arrasada por las llamas, pero no pudo hacerle frente al intenso viento que le dio vuelta la casa.
“La habíamos terminado de construir hace poco tiempo, para uso familiar y no podemos creer en el estado en que se encuentra. El viento hizo un desastre, nos voló las chapas y la dio vuelta“, manifestó Adriana mientras intentaba dar solución a su problema, acompañada por sus hijos.
Fuente y fotos – Gentileza El Sol
