Finalmente, el aceite de oliva mendocino obtuvo la ‘indicación geográfica’ (IG). Es la primera del continente americano, y distingue a la zona como originadora del producto, que tiene características determinadas, y le otorga un sello de calidad. En entrevista con FM Vos (94.5) y Diario San Rafael, Alfredo Baroni, Gerente técnico del Instituto de Desarrollo Rural, explicó que “el Ministerio de Agricultura de la Nación publicó en el boletín oficial la resolución que reconoce la Indicación Geográfica para el aceite de oliva virgen de Mendoza, con lo cual, a partir de este momento se le da un sello de calidad con la protección que le otorga la legislación argentina para que sea reconocido a nivel mundial. Éste determina una calidad vinculada al origen, y constituye una marca reconocida que ya nadie en el mundo puede reproducir”.
En la entrevista continuó explicando “Para redondear la explicación, doy el ejemplo del queso “Roquefort”, que tiene su denominación de origen en esa zona y solo los quesos producidos allí pueden utilizar el nombre, el resto de los quesos similares deben ser denominados “Queso azul”. No obstante, no todos los aceites de oliva vírgenes extra pueden llevar el sello porque deben reunir una serie de requisitos. Entre otros, deben tener un blend (corte) característico que determina una composición de entre un 20 % y un 50 % de Arauco, que es la variedad histórica y típica de Mendoza, cero defectos desde el punto de vista sensorial y cumplir una serie de parámetros químicos como cantidad de polifenoles, y otros elementos, que hacen que responda a esa calidad. Para este primer año ya hay ocho empresas que se encuentran en proceso de certificación para que, en julio o agosto, cuando liberen los aceites de esta temporada ya puedan llevar el sello de calidad en sus etiquetas”.
La certificación la otorga la fundación IDR, que es ante quién se solicita la IG, y se encarga de las auditorías para darr el sello de calidad. El aceite de oliva, después de su proceso productivo, se está terminando en estos días, por lo que previendo que la resolución saldría en junio, los procesos de certificación se iniciaron hace un par de meses para este año en particular. Para certificar no importa el tamaño de la empresa, todos tienen la posibilidad de hacerlo en la medida que cumplan con la normativa vigente. La idea es que el sello de calidad no encarezca el producto; sin dudas que la IG le da un valor agregado, pero la intención es que no se convierta en un producto inaccesible, sino todo lo contrario” cerró Baroni.
