Compartir el usuario y contraseña de Netflix con un conocido, por lo menos hasta que pueda sacarse la suya propia. Todos hemos estado ahí alguna vez. El que dice que no, mientre. Pero atención, porque los días de compartir impunemente contraseñas y usuarios de Netflix parece tener los días contados.
Es que el uso compartido de contraseñas parece algo nimio, hasta que multiplicamos la cantidad de usuarios duplicados por el costo de una suscripción. Es lógico que esto haya puesto los pelos de punta a los ejecutivos del principal servicio de streaming del mundo: las pérdidas por esta vía están valuadas en 6.000 millones de dólares al año.
¿Cómo piensa Netflix frenar esta sangría de dólares? Hace un año, la empresa empezó a advertir de esta situación a los usuarios sospechosos de incurrir en esta práctica, pero eso no sirvió de mucho. A lo sumo, hizo que reconfiguraran sus propias cuentas para evitar ser descubiertos. Ante ello, Netflix ha comenzado una prueba piloto en Chile, Perú y Costa Rica, en la que además de advertir a los usuarios, les notifica que deberán pagar una tarifa adicional por compartir. Aunque la prueba todavía está en pañales, la amenaza no tanto al usuario, sino a su bolsillo, parece ir en la dirección correcta.
Datos de 2020 señalan que al menos un tercio de los estadounidenses que tienen contratado un servicio de streaming, compartió su usuario y contraseña con otros que no lo hacían. Según datos más recientes de S&P Global, el 11% de los usuarios de Netflix utiliza esta práctica. Este porcentaje, que en principio parece bajo, representa nada menos que a 10 millones de hogares estadounidenses, que si lo ampliamos al resto del mundo, se eleva a 27,5 millones.
¿Por qué empezar por América Latina y no por Estados Unidos? La razón por la que Netflix eligió a Perú, Chile y Costa Rica para esta nueva prueba no es casual. Para empezar, la región ya muestra un crecimiento a la baja en suscripciones que también se observa en Europa y Estados Unidos. De esta manera, las condiciones de las que parten son básicamente las mismas. Pero la compañía decidió no aumentar su tarifa en América Latina durante 2022, como sí hizo en las otras mencionadas. Si la prueba piloto funciona de una forma o la otra, es decir, haciendo que los usuarios dejen de compartir las contraseñas o, por el contrario, se muestren abiertos a un aumento de tarifa por compartir, ello podría servir como modelo para introducir un aumento de tarifa encubierto en los Estados Unidos, donde Netflix ya es el servicio de streaming más caro.
Pero los usuarios norteamericanos ya han hecho saber su disconformidad ante tal cosa. De hecho, muchos usuarios, además de compartir usuario y contraseña, admiten también que comparten el costo del servicio entre las personas con las que comparten, encontrando así una manera de absorber eventuales aumentos. ¿Qué harán los estadounidenses?
Netflix confía en que, enfrentados a la decisión, los usuarios entrarán en razón. Dar de baja un servicio compartido por varias personas desde puntos remotos distintos parece una idea más fácil de decir que de implementar. Por eso, lo que ocurra en los próximos meses en América Latina podría incidir en el futuro de la plataforma más famosa de streaming.
Si la prueba tiene éxito, entonces Netflix podría ampliar la opción de compartir contraseñas a nivel mundial, resolviendo con ingenio un problema que además podría hacerle ganar miles de millones de dólares. Pero según los últimos sondeos, el 80% de los estadounidenses cree que su país entrará en recesión en 2022. En ese contexto, la posibilidad de cortar por lo sano y pasarse a uno de los tantos servicios de streaming que no sólo son más económicos, sino también mucho menos quisquillosos que Netflix a la hora de combatir el intercambio de contraseñas, podría suponer un giro inesperado a esta película que acaba de empezar.
(*) General Manager para el Grupo Dinatech
Fuente: La Prensa
