Sanrafaelino en Croacia: 1.407 contagiados y 19 muertos por coronavirus

El sanrafaelino Arturo Stokic se encuentra actualmente en Zagreb, capital de Croacia, haciendo un curso del idioma croata. No solamente lo encontró allí la pandemia del coronavirus, sino que vivió un terremoto el 21 de marzo y que ha dejado importantes daños en la ciudad.
Señaló que la situación en ese país no difiere mucho a la del nuestro (salvo algunos matices), ya que ellos se encuentran también en cuarentena o aislamiento social obligatorio desde mediados de marzo. En cuanto a números, hasta el jueves tenían 1.407 infectados de coronavirus, lo cual no se aleja demasiado de los argentinos, aunque desde el punto de vista porcentual es mucho más grave la situación croata, ya que poseen solo 4 millones de habitantes. No obstante, están mucho mejor que muchas otras naciones europeas. En cuanto a fallecidos, hasta el jueves tenían 19.
Poseen restricciones en cuanto a los horarios para salir de la casa; el horario de comercio es de 7 a 17 únicamente, aunque a diferencia de Argentina y de muchos otros países, en Croacia no se aplican multas a quienes violan la cuarentena. “El Gobierno ha decidido que no habrá multas para la gente en general, sino para aquel infectado que obligatoriamente debe estar aislado y salga”, dijo y agregó que “apuestan mucho a la responsabilidad individual de cada habitante”.
Hay sectores de la economía que deben trabajar y, por supuesto, quienes los integran salen a hacerlo, mientras que quienes deben permanecer en sus hogares, respetan la cuarentena.
“Vivo cerca de un parque similar al Hipólito Yrigoyen de San Rafael, en el cual siempre hay personas haciendo deportes; hace poco pasé por allí mientras iba al supermercado, y vi muy poca gente de allí. Había también policías, quienes hablan con altavoces a aquellos que se sientan en los bancos, aunque no a quienes están caminando ya que entienden que están yendo de un lugar a otro”, explicó, remarcando que entre quienes están en la calle hay siempre respetable distancia.
Se les permite abrir a los comercios que venden alimentos; a las farmacias, que exigen una tarjeta de seguridad social a fin de saber qué ciudadanos ingresan por si alguno estuviera contagiado para hacer un seguimiento.
Al igual que en Argentina, hay sistema de salud pública y privada, con buenos hospitales y completos en cuanto a equipamiento.