Las redes sociales de los sanrafaelinos demuestran por estos días la gran cantidad de perros y gatos –fundamentalmente cachorros- que son abandonados a su suerte en la vía pública. En la inmensa mayoría de los casos, se trata de crías que son “descartadas” en soledad o, en ocasiones, incluso con su madre. Lo que está claro es que esas acciones tienen que ver casi siempre con conductas de seres humano, ya que las imágenes que se observan son las de cachorros abandonados en cajas o bolsas.
El control de la población de mascotas es uno de los grandes desafíos de las sociedades modernas. Para ello, los Estados disponen de campañas de concientización para la tenencia responsable de animales y programas de esterilizaciones gratuitas. De hecho, San Rafael tiene desde hace varios años esta lógica, en la que la Municipalidad y diferentes entidades proteccionistas realizan ingentes esfuerzos financieros y de tiempo en pos de lograr que la población de perros y gatos callejeros no se torne un descontrol que pueda derivar en perjuicios para el resto de la comunidad.
Sin embargo, se evidencia a las claras que muchos sanrafaelinos son indolentes e irresponsables frente al fenómeno. Son aquellos que no cuidan a sus mascotas, que no disponen para las mismas de una atención suficiente, que no se toman el tiempo para esterilizar a sus animales (siendo que la operación es gratuita en los quirófanos municipales) y que, una vez que las crías aparecen, sí se toman el trabajo de trasladarlas para su abandono como si ello fuera una solución.
Los animales domésticos han venido a acompañar la existencia del ser humano. Sin embargo, nadie está obligado a tenerlos. Pero cuando alguien decide “adoptar” a una mascota debe hacerlo desde el compromiso que ello supone. Caso contrario, no solo no cumplirá su parte en esa relación sino que, además, estará buscando trasladar sus responsabilidades al resto de la sociedad. Y nada más injusto que eso.