Basta de violencia contra las mujeres

Hoy, en todo el mundo, se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Aunque de manera extraoficial, los orígenes de este día se remontan a 1981, cuando militantes y activistas en favor del derecho de la mujer lanzaron su reclamo ante la violencia de género honrando la memoria de las hermanas Mirabal, tres activistas políticas de la República Dominicana que fueron brutalmente asesinadas en 1960 por orden del dictador dominicano Rafael Trujillo.
Dos años antes, las Naciones Unidas consiguieron la aprobación de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. Sin embargo, la violencia contra mujeres y niñas continuó (y continúa) siendo un grave problema a nivel mundial, por lo que se precisaba una normativa concreta en este aspecto. Por esta razón, la ONU también emitió en 1993 una resolución que incluye la emblemática «Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer», sentando las bases para un futuro libre de violencia de género. El objetivo, claramente, no ha sido logrado aún. De hecho, aquí en San Rafael, los casos de Paula Toledo, Natalia Tagua y tantas otras víctimas de violencia son una muestra hiriente del flagelo.
En los últimos años, la violencia contra las mujeres –lejos de mostrar una evolución positiva– evidencia un preocupante incremento. En Argentina, en lo que va de 2021 ya se han cometido 189 femicidios, una cifra que se eleva a 282 muertes si se incluye a travestis y trans, de acuerdo al observatorio Mumalá. Esto equivale a 1 muerte violenta cada 25 horas, de las cuales el 66% fueron cometidas por la pareja o la expareja de la víctima, el 55% de las víctimas tenían entre 19 y 40 años, y un 34% de los femicidios fueron cometidos con armas blancas y el 25% de ellos con armas de fuego.
En este espacio habitualmente reflexionamos acerca de esta, una de las peores características que muestran las sociedades modernas. El trabajo de concientización y deconstrucción que debemos hacer como seres humanos para intentar eliminar este terrible fenómeno no está dando resultados, al menos en la medida que todos nos merecemos.