Un incendio en un pastizal debajo de una línea de alta tensión, en Buenos Aires, produjo el miércoles pasado un apagón que afectó la zona central del país y sectores del noroeste argentino. La pregunta es cómo este hecho provocó un corte que dejó sin servicio a 20 millones de personas por más de dos horas.
Las llamas provocaron que se comenzaran a desconectar las líneas que alimentan el sistema interconectado nacional. Los monitores de Cammesa -compañía que supervisa la generación y demanda de electricidad- detectaron que hay demasiada generación de energía y escaso consumo, producto de esto dichas líneas se desconectaron.
Como la energía producida no se puede almacenar, para evitar que el sistema se sobre exija, de modo preventivo, se empiezan a desconectar puntos de generación de electricidad. Es el caso de Mendoza, que fue aislado del sistema por precaución y para evitar sobrecargar las líneas.
Una vez detectado y solucionado el inconveniente que produjo el apagón, las provincias productoras de electricidad -como es el caso de Mendoza- empezaron a alimentar las distintas regiones sin electricidad de forma independiente, y por fuera del sistema interconectado nacional.
Esto produce un aumento del consumo de electricidad y, por ende, este crecimiento de demanda del servicio provoca que se empiecen a activar las fuentes generadoras de corriente para satisfacer el consumo y se normaliza el sistema.
Esta fue la causa por la que el servicio en Mendoza se fue reponiendo de forma escalonada. Primero se comenzó a brindar electricidad generada en las centrales provinciales, logrando un aumento de la demanda del servicio y obligando al sistema a nacional a volver a trabajar de manera normal.
Fuente: El Sol