Las librerías también sintieron el impacto de la cuarentena y sufrieron una caída de ventas de aproximadamente 50%. Desde el sector además advirtieron que la modalidad de comercialización online no movió la aguja, pese a que los precios de los ejemplares «sólo» aumentaron un 20%.
Después de casi dos meses con sus puertas cerradas, en mayo los locales fueron habilitados para trabajar en la provincia. Pero se encontraron con otro inconveniente: la lentitud en la entrega de mercadería que proviene fundamentalmente del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde la actividad aún está limitada.
«Un hecho histórico»
Desde García Santos, una de las librerías histórica de Mendoza ubicada en pleno centro de la Ciudad de Mendoza, calificaron la crisis como «histórica. Su dueña, Pilar, aseguró a El Sol que «fueron dos meses terribles hasta que se nos permitió abrir las puertas al público. Si bien en abril ya se nos habilitó para vender en forma online, los resultados no fueron los que esperábamos. Si llegué a una facturación del 20% respecto a la convencional fue mucho».
Si bien la modalidad «nunca rindió tanto como la venta presencial», García Santos destacó como positivo que «la gente nos compraba libros para regalar a familiares. Es decir, el cliente nos solicitaba determinado libro y como dirección nos colocaba el domicilio de sus padres, hermanos o abuelos. Incluso, tuve una clienta que nos contactó desde Holanda para agasajar a sus padres con un libro», relató.
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Una vez que fueron autorizados para atender al público, la reactivación fue progresiva. «Respecto a enero y febrero de este año, la venta cayó un 50%. Fue duro el golpe, pero éramos conscientes de que iba a suceder», dijo Pilar.
Sobre el aumento de precios registrados, la mujer dijo que rondó el 20%. «Hoy el que quiera comprarse un libro tiene que pensar en un presupuesto que va de los $900 a los $1.400», comentó. Y agregó que no cuenta con un amplio stock por las demoras de las editoriales.
«Otro de los inconvenientes que tuvimos que afrontar en pandemia fue la demora en la entrega de ejemplares. Las principales editoriales están en Buenos Aires y allá está todo frenado por la pandemia. De hecho, antes lanzaban entre 50 o 60 publicaciones mensuales y ahora sólo 10. Es notable la baja y, encima, llegan con demora la provincia», aclaró.
Finalmente Pilar García Santos manifestó que las preferencias de los lectores fue variada y modificada durante el proceso de la pandemia: «Al principio muchos se inclinaron por las novelas y las de Eduardo Sacheri fueron las favoritas. Entre ellas, Lo mucho que te amé. Luego los libros de Política: la autora elegida fue María O’Donnell y el libro Aramburu fue muy vendido, sobre todo, para el Día del Padre».
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«Se nota la ausencia de turistas»
Natalia Doña, responsable de Librería AM, también aseguró que la caída de ventas ronda el 50% y uno de los motivos principales que golpeó fuertemente al local fue la ausencia de los turistas.
«El aumento de turistas en la provincia hizo que, entre su itinerario, estuviera visitar las librerías. Hoy la ausencia de los visitantes se nota bastante. Acá llegaban chilenos a comprar libros de Medicina y otras carreras porque los conseguían a un 50% más baratos que en su país», consignó la comerciante.
En cuanto a las preferencias de los clientes, Doña indicó: «Al principio se vendió mucho todo lo relacionado a libros de niños, con actividades recreativas o de entretenimiento. Luego los vinculados a los negocios fueron furor y hoy, sobre todo los adultos mayores, están comprando ejemplares con crucigramas, sopa de letras».
La comerciante aseguró que si bien el sector sufrió un aumentos ellos, por lo general, siempre se manejan con variadas ofertas. «Acá podés encontrar libros que van desde los $100 a los 500 de distintos géneros, en tanto, para los que son de línea o betseller hay que disponer de unos $700 en adelante.
«Con la apertura de los salones, las ventas repuntaron»
Iván Miszei, otro de los libreros reconocidos de la provincia, aseguró que al inicio de la pandemia la situación fue caótica. «Tuvimos una venta que no llegaba al 20%, relamente nos desesperamos. Sin embargo, con la apertura de los negocios y la reactivación de la actividad hoy estamos mejor», comentó.
Respecto a los géneros más solicitados durante esta crisis sanitaria, el comerciante manifestó que los padres optaron por comprarles libros a los chicos. «Tuvimos un alza considerable en lo que respecta a Infantil y Juvenil», manifestó.
«Los clásicos por supuesto siguen vigentes y hoy tenemos ejemplares económicos que rondan los $150 como El príncipe de Maquiavelo, Casas de muñecas, El arte de la guerra», agregó. Finalmente el empresario confesó que, por estos días, hubo un importante repunte en los libros relacionados con la Psicología.
Una de las particularidades que observó durante estos meses es que los más afectados han sido los abuelos: «Antes venían y compraban clásicos, crucigramas, sopa de letras y algún libro más. Hoy la situación cambió y sólo llevan un libro por falta de dinero. Hoy no pueden darse el gusto de leer».
Miszei implementó, para tener más ventas, la venta online con entrega a domicilio gratuita. Sin embargo la estrategia no funcionó: «A la gente le gusta venir y comprar en el salón. En otros rubros tal vez funciona, pero acá no tanto».
«También colocamos un cajón solidario para que la gente (sin recursos) se llevara un libro y los que quisieran dejaran uno. La idea era estimular la lectura sin pagar absolutamente nada, pero tampoco resultó», comentó.
Fuente: El Sol
