La pandemia de coronavirus dejó un sabor amargo en el mundo entero. Uno de los sectores más afectados fueron los artistas. En diciembre, Rodolfo Suarez, mediante un decreto publicado en el Boletín Oficial, rehabilitó la actividad. La realidad del sector cambió aunque al mendocino todavía le cuesta volver a los teatros.
Las tablas volvieron a crujir
El teatro Imperial de Maipú fue el primero, a nivel nacional, que abrió sus puertas. Lo hizo con un show musical destinado a médicos y enfermeros. La idea era honrarlos por su labor y compromiso. Luego siguieron otros espectáculos musicales, todos con buena recepción por parte de los espectadores.
La habilitación generó un alivio para el sector, pero no es la gran solución si se tiene en cuenta que la capacidad de la salas se redujo al 50%.
«Pese a ello, todos los fines de semana el teatro luce con su capacidad repleta. La gente de a poco se va animando a romper las barreras del COVID 19 y asiste al teatro, pero no es muy sencillo todavía. En nuestro caso hemos ideado un riguroso protocolo que se cumple a rajatabla», advirtieron desde el municipio y anticiparon que ya tienen lista la programación de enero y febrero.
«En los próximos meses la capacidad de la sala se duplicará y, entre las figuras que tenemos previstas en nuestra cartelera de enero, aparecen Cacho Garay junto a Hugo Varela. Los artistas presentarán Dos en copas, el 28 y 29 de enero. El valor de las entradas es de $800″, contaron desde el Imperial.
Otro teatro que abrió sus puertas e ideó una fuerte cartelera para enero y febrero es el Independencia que, también, al 50% de su ocupación los fines de semana luce repleto de espectadores.
«A la gente le cuesta adaptarse a la nueva normalidad. Muchos siguen con miedo, pese a que se cumplen estrictos protocolos. Pero así y todo son varios los que se animan y disfrutan de nuestros artistas. La respuesta, por el momento, ha sido buena, no llegamos al 100% de la ocupación, pero sí rondamos el 75%», contó Marcelo Lacerna, director de la sala mayor de Mendoza.
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Lacerna recalcó que el reencuentro entre los artistas y el público se vivió en forma emocional y eso ocurrió casi todas las noches en las que hubo funciones.
El titular del Independencia instó a los mendocinos a seguir cuidándose ya que la actividad no puede volver atrás. «Tenemos una agenda muy nutrida para el verano en Mendoza y esperamos poder llevarla adelante», comentó.
Volver a empezar
Así como se habilitaron los teatros, también se reactivó la labor de los artistas que, a lo largo de 9 meses, no se quedaron cruzados de brazos sino que se reinventaron para subsistir y hacer frente a la pandemia.
Uno de los que regresó a las tablas fue Adrián Sorrentino que advirtió que «fueron meses duros, de aprendizaje y enseñanzas».
«Tuve la suerte de volver a actuar cuando se habilitaron los restaurantes. La experiencia fue tremenda porque yo sentía que estaba súper preparado, aceitado, entrenado (algo que hice durante la pandemia) pero cuando tuve que subir a escena fue un despliegue energético muy fuerte, algo nunca vivido», dijo Sorrentino.
El actor aseguró que si bien ha ideado una gira por diferentes departamentos de la provincia no escogió un lugar específico para quedarse porque es consciente que, tal vez, se vuelva para atrás con algunas actividades».
A modo de balance de lo que le dejó la pandemia, expresó que «fueron meses de aprendizaje. Hice streaming y descubrí ese mundo, apelé a otros recursos, pero me di cuenta que el vivo, el que permite el contacto con el otro, no puede ser suplido por nada».
Otro que también regresó a las tablas y volvió a sentir que el arte estaba vivo fue Daniel Quiroga quien aseguró que «no hay nada que reemplace al teatro en forma presencial, el efecto que alcanza no se logra con otros formatos», dijo el actor.
El artista advirtió que la experiencia del teatro filmado no sólo fue mala para él sino también para el público que no está acostumbrado a consumir ese tipo de arte.
Fuente: El Sol
