SECCIONES
  • Las voluntades débiles se traducen en discursos; las fuertes, en actos. | G. Le Bon

viernes 24, de mayo , 2024

Donald Trump: otro “outsider” despedido

En nuestra nota editorial del 22 de enero de 2017, a pocos días de la asunción de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos de América, nos preguntábamos cómo sería el mandato del inefable empresario inmobiliario teniendo en cuenta, sobre todo, sus antecedentes discursivos, muchas veces cercanos al escándalo. Esta semana se ha confirmado que su reelección no ocurrirá, dejando tras sí cuatro años de una gestión que merece un análisis más profundo. No obstante, algo sí quedó en evidencia en estos años: un “outsider” de la política logró ser el mandamás del país más poderoso del mundo y no pudo mantenerse.
El fenómeno de los “forasteros políticos” está basado, muy probablemente, en el enojo, la decepción y, más que nada, en la desconfianza que el electorado ha construido para con los partidos tradicionales y sus representantes, muchas veces repetidos. Esto es: los “indignados” de la política tal y como la conocemos hasta ahora –que cada día son más– son la piedra basal de un eventual éxito para quienes vienen desde afuera de ella.
En muchos países, la clase dirigente (de todos los partidos) hace años que no puede brindar las respuestas necesarias ante su deficiente tarea a la hora de cumplir el objetivo final de la política, que es el bien común. Ante ello, el electorado parece abrirle la puerta a estos foráneos, que son vistos como quienes no están contaminados con los vicios e incapacidades de los políticos “del palo”.
Más allá de esta lógica, válida ante la palmaria realidad, las generalizaciones parecen injustas, ya que así como existen dirigentes buenos y malos, decentes y corruptos, aptos e ineptos dentro de los partidos políticos, igual sucede con los outsiders.
Está clara la necesidad popular de depositar su mandato de confianza en alguien que lo represente fielmente y que cumpla sus expectativas porque, hasta aquí, ello no ha ocurrido con los políticos “tradicionales”. No obstante, esa desazón también puede ocurrir con los outsiders que tampoco cumplen las expectativas y Donald Trump es un ejemplo de ello. Quizás por eso haya sido –usando un término empresarial, cómo a él le gusta– “despedido” de su puesto dirigencial por parte de un gerente siempre atento: el pueblo.

Download PDF

Click para descargar o imprimir la nota

La información justa siempre con vos!

MÁS LEÍDAS

MÁS LEÍDAS

Noticias Relacionadas

¡Bienvenido de nuevo!

Inicie sesión en su cuenta a continuación

Recupera tu contraseña

Ingrese su nombre de usuario o dirección de correo electrónico para restablecer su contraseña.

Agregar nueva lista de reproducción