Estudiantes sanrafaelinos proyectan abrir una fábrica para una comunidad Wichi

“Que se nos vuelen las chapas” es el nombre de un proyecto que están desarrollando alumnos de 5° año del colegio San Rafael de los Hermanos Maristas y que tiene que ver con una fábrica de aberturas de aluminio en el Impenetrable Chaqueño, junto a la comunidad Wichi, beneficiando a 700 familias.
Josefina Santacrose, una de las estudiantes involucradas, dialogó al respecto con FM Vos (94.5) y Diario San Rafael, explicando que a principio de año junto a sus compañeros se plantearon qué podían hacer como comunidad “para colaborar con el cumplimiento de los objetivos del desarrollo sostenible”. “Nosotros vamos a hacer hincapié en el objetivo número ocho, que promueve ‘el trabajo decente, inclusivo en el crecimiento económico’. Nos comunicamos con la Misión Marista de Nueva Pompeya, ubicada en el Impenetrable Chaqueño, y le contamos nuestra iniciativa de crear un proyecto en colaboración con las comunidades originarias. Nos comunicamos con Julio, un profesor de Nueva Pompeya, que trabaja desde hace varios años con las comunidades y nos dio a conocer que lo que más se necesita ahora es trabajo”, dijo la joven, y agregó que “a raíz de esto, se creó ‘Que se nos vuelen las chapas’, que tiene como objetivo obtener los recursos para llevar a cabo la apertura de una fábrica de aberturas de aluminio, que va a beneficiar a 700 familias de la comunidad Wichi, del paraje Totnaj Pek en el Impenetrable Chaqueño”. La idea de los estudiantes era ir, conocer el lugar y estar en contacto con las familias beneficiarias, pero eso no se ha podido debido a los pormenores de la pandemia.
Este proyecto requiere fondos, pero los alumnos no buscan “donaciones” sino “colaboración”, por lo que cualquiera puede sumarse buscándolos como “@Quesenosvuelenlaschapas” en las redes sociales (Facebook, Instagram, Twitter y Tik Tok), donde hallarán links de Mercado Pago mediante los cuales hacer colaboraciones monetarias o simplemente compartir las publicaciones. El dinero será para la compra de maquinarias, que tienen un valor aproximado de un millón de pesos.
El grupo de alumnos está dividido y sus integrantes desarrollan distintas tareas, bajo la supervisión de las docentes Verónica Fernández, María de los Ángeles Ruiz y Eugenia Martínez. “Realmente estamos muy emocionados y orgullosos de formar parte de esto, ya que creemos que un mundo distinto es posible”, aseguró Josefina, y agregó que tienen la intención de viajar todos juntos a conocer a esa comunidad, aunque eso depende de cómo sigan evolucionando las restricciones.